A pesar del mal tiempo y el agua que caía desde temprano la gente del Taladro le puso el pecho a las balas y acompañó al equipo hasta Liniers para alentar durante todo el encuentro.
Para no perder la costumbre, las trompetas, los bombos y las gargantas le daban el calor suficiente a una cancha casi vacía de hinchas locales.
Código Banfield estuvo presente en el lugar para mostrarte estas imágenes.
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