A pocas horas de haber ejercido el derecho de padre, en esta fecha nuevamente nos acordamos de vos, hijo. La historia es así y como siempre es la que manda. Nada importó aquella vez, ni siquiera que enfrente estuviera el “C”ampeón del Fútbol Argentino, ni el invicto de la Fortaleza de Guidi y Arias (hacía un año que nadie te ganaba en tu casa)tampoco importó nuestro arranque irregular de torneo ni las declaraciones previas que preveían y hasta predecían una posible victoria granate. Estaba todo dado para que pudieras festejar y ni siquiera así pudiste. “Nos subestimaron, por eso no hay que hablar de más antes de los partidos”, decía Santana, autor del cuarto gol. “Por más que Lanús es campeón, nosotros somos su papá y hoy lo demostramos”, se descargó Darío Cvitanich, indomable, imparable y figura excluyente del clásico con dos goles. Maxi Laso y Luciano Civelli completaron la "manita" que terminó tapándote la boca, Lanushh... ¿te acordás?
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