Banfield perdió 0-1 contra Gimnasia en el Lencho Sola y dejó pasar una buena chance de ubicarse en la pelea por el ascenso. El equipo de Garnero no jugó bien y por segundo partido consecutivo dejó escapar puntos sobre el final del complemento. Así, el Taladro quedó a ocho del líder Rosario Central a quien enfrentará como visitante la próxima jornada. Matías García, el gol del Tripero que estiró su ventaja a cuatro puntos ubicándose en el tercer lugar.
La bronca por el empate sobre la hora de Aldosivi hace una semana atrás quedaba en la retina de muchos que aún buscan explicaciones y el porqué este Banfield dejó escapar un triunfo, que tenía en sus manos, en la última jugada del partido. Ahora, nadie imaginaba que durante este partido contra el Lobo el desenlace sería igual o peor que el anterior porque en esta oportunidad las manos quedaron vacías en uno de esos partidos que había que ganar, sobretodo de local.
Y la sensación de vacío también la deja el equipo de Daniel Garnero que nunca se encontró cómodo en el partido salvo por esos pocos minutos del primer tiempo (entre los 20 y los 30) donde tuvo las situaciones más claras para abrir el marcador y cambiar así el rumbo del encuentro.
Al Taladro no se le da y sus goleadores continúan con la pólvora mojada. En lo que va del torneo, los delanteros todavía no marcaron goles. Primero Silvera y después Chávez no pudieron con Monetti. El Negro juega con la entrega y sacrificio de siempre que le sirve para imponerse en el área rival; la contra radica en su temperamento que, muchas veces, hace que se desvíe de su objetivo principal.
Del resto, no hubo mucho más. En un partido donde se jugaba mucho, se notó cierto nerviosismo de ambos lados; la fricción le fue ganando a los intentos por jugar bien y el resultado lógico fue un partido poco agradable.
Con el correr de los minutos y ante la escasa llegada en las áreas, parecía que ambos se conformaban con un puntito pero al Taladro lo condenó el tiro del final del Lobo. De un pelotazo al área llegó la definición (con todo el tiempo del mundo) de Matías García que tiró cruzado abajo y a la izquierda de Santillo. Nada que hacer. Pompei finalizó el partido y ahora las preguntas aparecen alrededor de este equipo que todavía no despierta mientras el tren va pasando lentamente. Ojalá este golpe suene como una alarma y logre activar tanto al cuerpo técnico como a los propios jugadores. Todavía queda tiempo.
La bronca por el empate sobre la hora de Aldosivi hace una semana atrás quedaba en la retina de muchos que aún buscan explicaciones y el porqué este Banfield dejó escapar un triunfo, que tenía en sus manos, en la última jugada del partido. Ahora, nadie imaginaba que durante este partido contra el Lobo el desenlace sería igual o peor que el anterior porque en esta oportunidad las manos quedaron vacías en uno de esos partidos que había que ganar, sobretodo de local.
Y la sensación de vacío también la deja el equipo de Daniel Garnero que nunca se encontró cómodo en el partido salvo por esos pocos minutos del primer tiempo (entre los 20 y los 30) donde tuvo las situaciones más claras para abrir el marcador y cambiar así el rumbo del encuentro.
Al Taladro no se le da y sus goleadores continúan con la pólvora mojada. En lo que va del torneo, los delanteros todavía no marcaron goles. Primero Silvera y después Chávez no pudieron con Monetti. El Negro juega con la entrega y sacrificio de siempre que le sirve para imponerse en el área rival; la contra radica en su temperamento que, muchas veces, hace que se desvíe de su objetivo principal.
Del resto, no hubo mucho más. En un partido donde se jugaba mucho, se notó cierto nerviosismo de ambos lados; la fricción le fue ganando a los intentos por jugar bien y el resultado lógico fue un partido poco agradable.
Con el correr de los minutos y ante la escasa llegada en las áreas, parecía que ambos se conformaban con un puntito pero al Taladro lo condenó el tiro del final del Lobo. De un pelotazo al área llegó la definición (con todo el tiempo del mundo) de Matías García que tiró cruzado abajo y a la izquierda de Santillo. Nada que hacer. Pompei finalizó el partido y ahora las preguntas aparecen alrededor de este equipo que todavía no despierta mientras el tren va pasando lentamente. Ojalá este golpe suene como una alarma y logre activar tanto al cuerpo técnico como a los propios jugadores. Todavía queda tiempo.
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