Hace 60 años, el 4 de junio de 1953, al caer Banfield por 3-1 ante Platense se quebraba un notable récord del "Taladro", que estuvo invicto en su estadio durante 49 partidos (durante casi tres años), una marca que aún se mantiene sin ser superada.
El equipo del sur del Gran Buenos Aires inició su magnífica serie el 7 de mayo de 1950 cuando superó por 5 a 0 a Tigre con tantos de Juan José Pizzutti, Nicolás Moreno, Gustavo Albella, Alberto Ballestrieri y Raúl Tolosa. Ese torneo del "Año del Libertador", como constaba en todos los documentos oficiales en conmemoración de los cien años del fallecimiento del General José de San Martín, Banfield finalizaría ubicado en séptimo lugar de la tabla.
En 1951, sorprendió con un equipo que tenía a José Ildefonso Martínez y Félix Zurdo en la dirección técnica, y un plantel con figuras como Albella (el máximo goleador en la historia del club con 136 tantos), Manuel Graneros, Osvaldo Ferretti, Luis Angel Bagnato, Domingo Capparelli, Eliseo Mouriño y Héctor D’Angelo. Banfield culminó ese año puntero junto a Racing Club (el que había ganado los torneos de 1949 y 1950), ambos con 44 puntos cada uno, debiendo jugar dos finales en la vieja cancha de San Lorenzo.
Algunos memoriosos recuerdan que llegó al final con mayores goles a favor, 63, contra 60 de su rival, pero la AFA dispuso que se disputaran dos finales vulnerando la reglamentación vigente.
La primera final concluyó empatada sin goles, y en la segunda, que se desarrolló cuatro días más tarde, el delantero Mario "Atómico" Boyé, con un golazo, inclinó la balanza en favor de los de Avellaneda, que así obtuvieron su tercer título consecutivo.
Pero la previa de estas dos finales tuvo como sabroso condimento una serie de versiones teñidas de tinte político, como la que señalaba que muchos querían que ganara Banfield, denominado "el equipo de los pobres" y por el que Evita Duarte, la esposa del presidente Juan Domingo Perón, tenía sus preferencias.
Por otra parte, otros se empecinaban en resaltar la simpatía del ex ministro de Hacienda Ramón Cereijo por Racing, y recalcaban el favoritismo que recibía el equipo de Avellaneda por aquellos tiempos, aunque el funcionario nunca fue presidente de la entidad de Avellaneda.
Pero más allá de haber perdido esa final, Banfield marcó en aquellos años `50 una impronta en el fútbol argentino e hizo inexpugnable su reducto de Peña y Arenales, ubicado en el partido de Lomas de Zamora.
En el torneo de 1952, ganado por River con 40 puntos, el equipo se ubicó en el quinto lugar con 33 unidades; y en 1953, con su plantel ya diezmado por los pases de jugadores a otros clubes, terminó 13ro. con 25 y el campeonato fue obtenido otra vez por los "Millonarios".
El inolvidable invicto como local concluyó el 24 de mayo de 1953, luego de 35 victorias y 14 empates, cuando Platense lo derrotó por 3-1.
El equipo del sur del Gran Buenos Aires inició su magnífica serie el 7 de mayo de 1950 cuando superó por 5 a 0 a Tigre con tantos de Juan José Pizzutti, Nicolás Moreno, Gustavo Albella, Alberto Ballestrieri y Raúl Tolosa. Ese torneo del "Año del Libertador", como constaba en todos los documentos oficiales en conmemoración de los cien años del fallecimiento del General José de San Martín, Banfield finalizaría ubicado en séptimo lugar de la tabla.
En 1951, sorprendió con un equipo que tenía a José Ildefonso Martínez y Félix Zurdo en la dirección técnica, y un plantel con figuras como Albella (el máximo goleador en la historia del club con 136 tantos), Manuel Graneros, Osvaldo Ferretti, Luis Angel Bagnato, Domingo Capparelli, Eliseo Mouriño y Héctor D’Angelo. Banfield culminó ese año puntero junto a Racing Club (el que había ganado los torneos de 1949 y 1950), ambos con 44 puntos cada uno, debiendo jugar dos finales en la vieja cancha de San Lorenzo.
Algunos memoriosos recuerdan que llegó al final con mayores goles a favor, 63, contra 60 de su rival, pero la AFA dispuso que se disputaran dos finales vulnerando la reglamentación vigente.
La primera final concluyó empatada sin goles, y en la segunda, que se desarrolló cuatro días más tarde, el delantero Mario "Atómico" Boyé, con un golazo, inclinó la balanza en favor de los de Avellaneda, que así obtuvieron su tercer título consecutivo.
Pero la previa de estas dos finales tuvo como sabroso condimento una serie de versiones teñidas de tinte político, como la que señalaba que muchos querían que ganara Banfield, denominado "el equipo de los pobres" y por el que Evita Duarte, la esposa del presidente Juan Domingo Perón, tenía sus preferencias.
Por otra parte, otros se empecinaban en resaltar la simpatía del ex ministro de Hacienda Ramón Cereijo por Racing, y recalcaban el favoritismo que recibía el equipo de Avellaneda por aquellos tiempos, aunque el funcionario nunca fue presidente de la entidad de Avellaneda.
Pero más allá de haber perdido esa final, Banfield marcó en aquellos años `50 una impronta en el fútbol argentino e hizo inexpugnable su reducto de Peña y Arenales, ubicado en el partido de Lomas de Zamora.
En el torneo de 1952, ganado por River con 40 puntos, el equipo se ubicó en el quinto lugar con 33 unidades; y en 1953, con su plantel ya diezmado por los pases de jugadores a otros clubes, terminó 13ro. con 25 y el campeonato fue obtenido otra vez por los "Millonarios".
El inolvidable invicto como local concluyó el 24 de mayo de 1953, luego de 35 victorias y 14 empates, cuando Platense lo derrotó por 3-1.
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