Banfield empató sin goles contra Patronato como local. El Taladro tuvo, una vez más, las mejores opciones de concretar pero falló en la puntada final.
Luego
de la gira del Taladro por el norte del país, el equipo de Daniel Garnero
trabajó en la semana con la mente puesta en Patronato. El punto cosechado ante
el Decano tucumano se tomó de manera positiva debido al corte que le permitió
salir de la racha adversa de dos partidos perdidos.
El DT
había realizado modificaciones en el once inicial durante los partidos contra
Gimnasia de Jujuy y Atlético Tucumán y ésta no sería la excepción.
Afuera
Mosset, Barbaro y Silvera para permitir los ingresos de Gustavo Toledo, Roberto
Brum y Tito Noir fue la apuesta de Garnero para buscar el bendito equilibrio en
el equipo.
Y de
esa manera salió a jugar el partido. Consolidando el mediocampo como centro de
recuperación y distribución con Leiva y Brum. Y retrasando las líneas cada vez
que era necesario manteniendo el orden cuando el equipo visitante apretaba.
Patronato,
paciente, esperaba su oportunidad mientras apostaba a generar y aprovechar las
jugadas de pelota detenida.
A los
20’, la brutal patada a Gustavo Toledo asustó a varios cuando el jugador quedó
tendido en el suelo y con un corte a la altura de la boca. Toledo volvió al
campo para tranquilidad de todos. Aunque finalmente no podría continuar en el
partido y sería reemplazado por Omar Zarif.
Banfield
tuvo las mejores situacones. Un jugadón de Chávez pegó en el palo, el rebote cayó
en los pies de Prichoda y definió pero el arquero evitó la caída de su arco. A
partir de ahí el Taladro fue mucho más; el pincel en la zurda de Iván Pérez
cada día pinta mejor y dos veces estuvo muy cerca de obsequiar una pinturita de
gol si no fuera, otra vez, por el arquero Bértori. El equipo de Garnero apretó
mucho y bien pero no concretó situaciones claras de gol. El primer tiempo se
iba y el fantasma de Olimpo comenzaba a dar vueltas en la mente de muchos.
Banfield encaró el segundo tiempo de igual manera. Ordenado de atrás hacia
adelante con la intención de, primero, cuidar el cero en el arco propio.
Sin
grandes sobresaltos en los arcos, el tiempo se fue consumiendo mientras el DT
del Taladro buscó aportar dinámica con los ingresos de Matías Díaz y Nicolás
Bauchet. Pero el equipo quedó descompensado y Patronato comenzó a tener más
tiempo la pelota. Parecía que con Roberto Brum solo en el medio no bastaba
hasta que de a poco Banfield comenzó a dominar el terreno y otra vez
aparecieron las situaciones que no entraron de milagro.
Hoy
como local había que ganar. Da bronca no hacerlo cuando se cuentan con grandes chances de gol. Pero Banfield aprendió que cuando no se puede ganar, no hay que perder.
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