La derrota de Banfield frente a Belgrano marcó un quiebre en la relación de la gente con el equipo. El hincha manifestó casi siempre su apoyo a pesar de la mala campaña, pero a medida que fueron llegando los goles de Belgrano y con la sensación de que revertir el partido era una misión imposible, el público explotó y comenzó a gritar en contra de los jugadores y los dirigentes, principalmente los "dardos" recayeron en la figura del presidente Carlos Portell.
¿Será que los jugadores nuevamente no entienden el esquema que quiere plantear el cuerpo técnico?. ¿O será que la idea del DT no se adapta al plantel con el que cuenta Banfield?.
¿La actitud de los jugadores es la necesaria para sacar adelante este momento de Banfield?
Son todos interrogantes que quedan luego de observar las últimas presentaciones del equipo.
La gente se bancó la racha inicial de seis partidos perdidos en forma consecutiva; se aguantó más de 600 minutos sin convertir; soportó estoicamente la caída en el clásico como local y el último puesto en la tabla de posiciones, que tendrá repercusiones en el futuro y puede complicar la situación del equipo con respecto a los promedios.
Pero lo que no perdonó fue la falta de compromiso y el desgano para afrontar el partido de ayer, sobre todo de los referentes de este plantel. Es por eso que gran parte de la gente dijo basta y perdió la paciencia con todos. Ojalá que esta protesta sirva para que los protagonistas de esta historia recojan el guante y encuentren de una vez por todas las respuestas a los muchos problemas que tiene Banfield.
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